Yaguareté

Nuestra meta es establecer una población autosustentable de yaguaretés que pueda cumplir al máximo su rol ecológico, turístico y cultural dentro del paisaje de la Reserva Natural Iberá.

Estado del proyecto a enero de 2019: Después de evaluar la existencia de una gran extensión de hábitat continuo que podría albergar alrededor de 100 yaguaretés y una encuesta social que muestra un gran apoyo a la reintroducción de yaguaretés en toda la provincia de Corrientes, se llevó a cabo la construcción del Centro de Reintroducción de Yaguareté en 2015. Este centro ubicado en el núcleo de la Reserva Natura Iberá, tiene como objetivo la cría y rehabilitación de yaguaretés que podrían vivir con éxito en la naturaleza. En 2015, la primera hembra reproductora, Tobuna, llegó al CECY, seguida del primer macho, Nahuel, en 2016. Durante 2017, un macho y dos hembras (Chiqui, Tania e Isis), fueron donados o cedidos por diferentes instituciones de Argentina, Paraguay y Brasil, y también se incorporaron al proyecto. Estos animales no son aptos para ser liberados, pero se espera que tengan crías que puedan crecer sin contacto humano y aprender a cazar por sí mismos, para que puedan ser liberados en la naturaleza. En Junio de 2018, Tania dio a luz a una hembra y un macho, las primeras dos crías de yaguareté en el CECY y que fueron nombradas como Aramí y Mbareté. El nacimiento fue recibido con gran alegría y expectativa por vecinos de las localidades cercanas, así como nacional e internacionalmente. En enero de 2019, Chiqui, el padre de los cachorros, regresó al Refugio Faunístico Atinguy (Yacyretá) en Paraguay tras cumplirse su etapa como reproductor.

En diciembre de 2018 arribaron a la cuarentena internacional ubicada en el Parque Provincial San Cayetano dos hembras provenientes de Brasil. Juruna y Mariuá nacieron a principios de 2017 y fueron rescatadas de la vida silvestre luego que su madre muriera en manos de cazadores. En el criadouro NEXX, cercano a Brasilia, permanecieron con un mínimo contacto con humanos hasta ser donadas al proyecto de reintroducción de yaguareté en Iberá. Se espera que tras atravesar exitosamente la fase de cuarentena, ambas hembras sean trasladadas al Centro de Reintroducción a principios de 2019.


Dos nuevos yaguaretés se incorporan al proyecto de Reintroducción de la Especie en el Parque Iberá

Juruna, –boca negra en guaraní– y Mariua –en referencia a una región geográfica de Brasil– son dos hembras jóvenes, de menos de dos años de edad, que se han incorporado al proyecto de reintroducción de yaguareté en el Parque Iberá (Corrientes, Argentina) llevado adelante por la organización CLT Argentina y el gobierno de esa provincia.

Los ejemplares provienen del Criadouro Científico NEX ubicado en Aparecida de Loloia, un pequeño poblado a pocos kilómetros al norte de Brasilia, en Brasil. Estas dos hembras fueron llevadas allí por las autoridades del Instituto Brasilero de Ambiente cuando tenían pocos meses de edad luego de que cazadores furtivos mataran a su madre. En ese centro recibieron las atenciones necesarias para salir adelante y poder hoy viajar a Argentina.



Las dos hembras fueron evaluadas genética y sanitariamente en Brasil para asegurar que podían ser incorporadas al proyecto de reintroducción de yaguareté. Ahora los estudios sanitarios continuarán en la cuarentana internacional ubicada en el Parque Provincial San Cayetano (Corrientes) donde permanecerán por un mes aproximadamente, hasta que sean trasladadas a las instalaciones del Centro de Reintroducción de Yaguareté, ubicadas en el Parque Iberá.

En este centro también se encuentran Arami y Mbarete, los primeros dos cachorros correntinos, nacidos en la provincia en más de medio siglo, cuando la especie desapareció de Corrientes. El centro fue construido en 2015 dentro del programa de Rewilding que lidera la organización CLT, fundación argentina de Tompkins Conservation, en el Parque Iberá, con aportes de instituciones, organizaciones, empresas y el trabajo conjunto del pueblo correntino. Juruna y Mariua son los ejemplares 6 y 7 que se incorporan al proyecto, sumándose a los otros 5 ejemplares provenientes de otros centros de rescate y zoológicos de Argentina, Paraguay y Brasil.

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El traslado de estos yaguaretés destaca el trabajo conjunto de centros de rescate y rehabilitación de fauna como NEX y proyectos de conservación como el que llevan adelante CLT y el gobierno correntino. Estas acciones conjuntas le dan sentido a la existencia de estos centros y permiten que ejemplares de fauna (en este caso yaguaretés) puedan continuar realizando aportes a la conservación de su especie más allá de haber sido removidos de su hábitat natural por actividades ilegales.

También debe resaltarse el trabajo conjunto de los gobiernos brasilero y argentino a través de las autoridades ambientales (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable), sanitarias (SENASA) y de aduanas, para posibilitar la llegada de Juruna y Mariua a nuestro país. Este evento destaca que la supervivencia de una especie seriamente amenazada como el yaguareté excede a los esfuerzos que pueda realizar una sola nación.

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6 de Diciembre de 2018: Arami y Mbarete cumplen 6 meses de edad

 


Los cachorros de Yaguareté cumplen 3 meses y ya tienen nombre: Arami y Mbarete

El cielo en un amanecer del Iberá es tan único y subyugador como la energía vital del sol que asoma. Esta apreciación de la belleza en todas sus formas es común a todos los ibereños e ibereñas, quienes propusieron en una primera vuelta los nombres en guaraní, su lengua, y que luego el mundo eligió para la nueva generación de Yaguaretés Correntinos. Arami y Mbarete, “cielito” y “fuerte” son los nombres de los cahorros de yaguareté que hoy crecen en San Alonso, en el corazón del Iberá.

Arami y Mbarete hoy ya exploran una muestra de lo que será su futuro hogar, junto a Tania, su madre, quien demuestra a diario su bravura, fuerza y belleza puras en las enseñanzas a sus crías para que aprendan a vivir libres. Estos dos cachorros serán trasladados al corral de pre-suelta de 30 hectáreas, antes de vivir en libertad, aproximadamente a los dos años de edad. Una vez allí compartirán hogar junto a otros nuevos ejemplares de osos hormigueros, de tapires, de pecaríes, de venados de las pampas; demostrando el renacer de un Iberá que recupera el espectáculo de la vida natural que supo tener años atrás.

Los nombres fueron revelados el 6 de septiembre de 2018, día que marca el tercer mes de vida de los cachorros, por el gobernador de la provincia, Gustavo Valdés, junto a Kris Tompkins, co fundadora de Tompkins Conservation, el senador Sergio Flinta y el equipo de CLT; en un acto que da cuenta del invaluable apoyo del gobierno provincial en el camino hacia la libertad de los nuevos guardianes de nuestros esteros.

Kris Tompkins expresó: "Estoy emocionada por ver dónde hemos llegado desde nuestros comienzos en 1997, gracias a la visión de Doug y el trabajo de un equipo profesional de la mejor calidad posible. Quizás no es visible desde aquí, pero les aseguro que hoy Iberá es un modelo de conservación bien posicionado globalmente, un proyecto de escala inmensa, realmente único en el mundo."

En palabras del senador Sergio Flinta: "Hoy estamos festejando el nacimiento de estos cachorros de yaguaretés, un emblema de la visión que nos dejó Doug Tompkins, y que gracias al trabajo en conjunto que estamos realizando en Corrientes, tendrá continuidad en el tiempo. Creo que hoy comienza una nueva etapa, que tiene que ver con promocionar los Esteros, promocionar Corrientes, un destino turístico de envergadura. Doug nos enseñó a preservar el ambiente, una cultura que a su vez es una responsabilidad que tenemos todos, en beneficio de los correntinos. Se fue el visionario, pero continúa la visión."
Un mundo próspero es únicamente posible cuando sus ecosistemas se encuentran completos, en una próxima economía basada en la producción de naturaleza. Una naturaleza vibrante, pública, protegida por ley y en beneficio de todas sus comunidades.


Nacieron las primeras crías de Yaguareté en el Centro de Reintroducción de CLT

El miércoles 6 de junio de 2018 nacieron los primeros dos cachorros de yaguareté en el Centro de Reintroducción de esta especie, en la isla de San Alonso, Parque Nacional Iberá.

Nacieron Arami y Mbarete, los primeros yaguaretés de origen correntino tras décadas de ausencia en la región. El objetivo de este proyecto de reintroducción es que estos cachorros aprendan a vivir en libertad en la isla, dentro de un ecosistema que forma parte del Parque Nacional Iberá.

Tania, la madre de los cachorros, es hija de Tobuna y fue incorporada al plantel de cría al observar que su madre no quedaba embarazada después de copular en varios celos sucesivos con los machos. La razón probable de la falta de embarazos sea la edad avanzada de Tobuna, estimada en 17 años. Un dato significativo de Tania es que carece de una pierna, que perdió en un accidente cuando erra cachorra. A pesar de esta minusvalía, la joven yaguareté aprendió a cazar por sí sola en el Centro de Reintroducción de Yaguareté y ha demostrado ser una madre ejemplar. El padre de los cachorros es Chiqui, quien nació en vida libre y fue llevado al Refugio Faunístico Atinguy, después de que cazadores furtivos mataran a su madre. Se espera que sus hijos crezcan en los grandes corrales del Centro, donde aprenderán a alimentarse sin contacto con humanos antes de ser liberados en esta área remota del Iberá. Tania y sus crías habitan en una “paridera” de madera construida dentro de un fragmento de bosque incluido en su perímetro de hectárea y media, desde donde son observados continuamente a través de un sistema de video–vigilancia. Los cachorros tendrán tres visitas de los especialistas de la fundación con el fin de asegurar su buen estado de salud, dentro de un protocolo estricto de interacción.

En palabras de Maite Ríos, responsable del Centro de Reintroducción del Yaguareté: “Es una gran noticia que un animal con una minusvalía y que parecía condenado a la vida en cautiverio como Tania, no sólo pueda vivir en condiciones seminaturales y cazar por sí misma, sino que se convierta en la madre de las primeras crías que podrán ser liberadas en el Iberá en un futuro cercano. La historia de superación de Tania nos inspira a seguir trabajando y colaborando con otras instituciones para cuidar y restaurar el patrimonio de todos los correntinos y argentinos. Por ahora vemos que los cachorros están mamando bien de su madre, pero debemos ser muy prudentes porque estamos hablando de una madre primeriza que todavía debe aprender a sacar adelante a sus crías por sí sola, sin interferencia por parte de los humanos. De cara a poder liberarlos, es muy importante que estos pequeños yaguaretés crezcan de la manera más natural posible”.

Sofía Heinonen, directora de CLT, expresó: “éste es un momento histórico para el Iberá y el resto de la Argentina, al ver como nuestro mamífero más amenazado, un emblema de nuestra patria, da un paso hacia su recuperación. Gracias a los esfuerzos de cientos de personas y decenas de organizaciones de Corrientes, Argentina y otros países durante muchos años, el Iberá es hoy reconocido como uno de los grandes destinos de naturaleza del Mundo y como una historia inspiradora de restauración ambiental y cultural, y el yaguareté se aleja gradualmente del abismo de la extinción”.

El yaguareté: Un tesoro natural y cultural que se perdió de Corrientes

El yaguareté es el mayor felino de América, y se encuentra en grave peligro de extinción en la Argentina. En Corrientes se extinguió a mediados del siglo pasado por culpa de la cacería y la destrucción de su hábitat. Sin embargo, su poderosa presencia todavía se siente en el nombre de localidades, canciones folclóricas y leyendas. El yaguareté no sólo es una especie esencial para mantener la salud y la integridad de los ecosistemas silvestres, sino que también tiene el potencial de convertirse en un atractivo de primer orden para los turistas que visitan Corrientes en busca de su fauna silvestre y paisajes naturales.

El Iberá representa una oportunidad única para recobrar la presencia de este gran felino

Con una extensión de 1,3 millones de hectáreas, la Reserva Natural Iberá representa una oportunidad única para tratar recuperar a este grandioso animal. Después de dos décadas de trabajo en conservación, esta reserva alberga grandes poblaciones de carpinchos, yacarés y ciervos que van a necesitar del rol regulador de un gran predador para mantener su salud a largo plazo. Un estudio de un investigador del CONICET muestra que dentro del Iberá existiría una superficie cercana a las 650,000 hectáreas donde los yaguaretés podrían vivir con abundante comida y mínimo contacto con los humanos y su ganado. Hay pocos lugares en toda América que reúnan tanto territorio apto para esta especie y donde ésta pueda ser.

Existe un amplio apoyo de los correntinos al retorno del yaguareté

Un estudio reciente realizado por una investigadora correntina muestra como el 95% de los correntinos, independientemente de su origen geográfico, apoyan el retorno de la especie al Iberá. Esto fue respaldado recientemente por un estudio más detallado realizado en las áreas vecinas a la reserva Iberá. Más allá de este estudio, en conversaciones con multitud de personas sobre este tema, hemos detectado un sorprendente nivel de entusiasmo hacia esta idea por parte de habitantes locales, estancieros, autoridades locales, empresarios turísticos y legisladores. Parece claro que los correntinos consideran al yaguareté no sólo como una parte importante de su patrimonio natural y cultural, sino también como una fuente potencial de riqueza y empleo a través del turismo.

 

Existen recursos humanos y técnicos en la región para llevar a cabo esta iniciativa

El gobierno correntino y diferentes ONGs llevan más de diez años trabajando por la conservación del Iberá. En lo que se refiere a la reintroducción de fauna localmente extinta, CLT lleva años trabajando para devolver la presencia del oso hormiguero y el venado de las pampas al interior del Iberá. Esto implica un compromiso financiero y organizativo de larga duración que se da en pocos lugares de la Argentina. Además, esta experiencia y compromiso han permitido que la zona cuente con un grupo de profesionales con experiencia práctica en este tipo de proyectos. Como resultado de estos esfuerzos, ya existen nuevas poblaciones de venado, oso hormiguero y pecarí en el Iberá. Además, en lo que se refiere al yaguareté se cuenta con la asesoría y el apoyo de algunos de los mejores expertos procedentes de Argentina y de otros países.

 

Desde la cría experimental hacia la reintroducción

Argentina no cuenta con suficientes yaguaretés silvestres como para que puedan ser translocados y liberados en el Iberá. Por esto, debemos desarrollar técnicas que permitan reproducir yaguaretés procedentes del cautiverio en el corazón de la Reserva Natural Iberá para que sus crías aprendan a cazar por sí mismas sin entrar en contacto con humanos y así puedan un día vivir libres en la naturaleza. Para este fin se construyó el Centro Experimental de Cría de Yaguaretés (CECY) el cual ha sido evaluado y autorizado por las autoridades de Corrientes y Argentina. El CECY cuenta con espacio para dos pares de reproductores procedentes del cautiverio. Todos los animales que entran en el centro pasan estudios sanitarios y genéticos exhaustivos para evaluar su potencial como reproductores.

¿Por qué tiene sentido devolver al yaguareté a Corrientes?

El yaguareté, jaguar o tigre (Panthera onca) es el mayor felino de América. Históricamente se distribuía por todo el centro y norte argentino, habitando selvas, montes, pastizales y bañados hasta el río Negro en la Patagonia.

Desgraciadamente, durante los últimos siglos este hermoso animal ha visto cómo su distribución se redujo a unos pocos lugares del país. En Corrientes todavía se veían yaguaretés a mediados del siglo pasado y en la región del Iberá aún quedan personas que recuerdan cuando compartían el territorio con el gran gato manchado. Hoy en la Argentina sólo quedan tres poblaciones separadas de yaguareté en las selvas montanas del Noroeste, en algún sector del Gran Chaco y en la selva misionera. Todas estas poblaciones se enfrentan al grave peligro de desaparecer en las próximas décadas, lo que implicaría la total extinción de uno de los animales más bellos y emblemáticos de la Argentina.

Frente a esta situación, la Reserva Natural Iberá en Corrientes se destaca por reunir las que quizás sean las mejores condiciones en toda América Latina para restaurar una población desaparecida de esta especie. Esto se debe a la existencia de un área protegida de 1.300.000 ha de superficie que alberga extensas áreas despobladas de personas y ganado, y que además cuenta con abundantes animales silvestres que pueden sustentar una población a largo plazo de yaguaretés.

Frente a esta oportunidad, queremos señalar cinco grandes razones que justifican el retorno de la especie a Corrientes y, más concretamente, a la Reserva Natural Iberá:

Tiene sentido moral: La desaparición de una especie es una tremenda pérdida para cualquier sociedad, más aún cuando ésta es una de sus especies más llamativas y emblemáticas. No existe una sola de las grandes religiones o de los grandes sistemas éticos mundiales que justifique la extinción de una especie por culpa de las actividades humanas.

Tiene sentido cultural: El yaguareté forma parte esencial de la cultura del norte argentino. Su propio nombre tiene origen guaraní y el animal aparece como protagonista de innumerables leyendas, cuentos y canciones. En la provincia de Corrientes hay varias localidades que todavía usan el nombre yaguareté, como es el caso de Concepción de Yaguareté Corá en la región de Iberá. La desaparición de esta especie del acervo cultural correntino implica una pérdida enorme que empobrecería nuestro idioma y nuestra apreciación de los paisajes silvestres y las costumbres de campo. Sin él desaparece buena parte de la magia de lo salvaje; junto con la humildad, el respeto y la reverencia con los que las personas se han aproximado tradicionalmente a la Naturaleza.

Tiene sentido ecológico: El yaguareté es el mayor depredador natural de los ecosistemas correntinos, y su presencia es necesaria para mantener la salud de éstos. Esto se explica porque al alimentarse de animales como los carpinchos, ciervos o yacarés, y al eliminar habitualmente los animales más débiles y enfermos, evita que sus poblaciones crezcan en exceso y acaben sucumbiendo a hambrunas o enfermedades catastróficas. Además de esto, los yaguaretés controlan las poblaciones de otros predadores de menor tamaño como los zorros o los gatos de monte, lo que se ha visto que favorece la conservación de poblaciones de aves o pequeños animales silvestres y domésticos que son depredados por estos últimos. Numerosos estudios internacionales han mostrado la importancia de los "predadores tope", como es el caso del yaguareté, para mantener la máxima riqueza y diversidad de los ecosistemas naturales. (1)

Tiene sentido económico: Al ser uno de los animales más hermosos del continente y provocar reacciones de maravilla y misterio ante la gente, el yaguareté se convierte en un atractivo turístico de primer rango, comparable con la experiencia de ver las cataratas de Iguazú o con el glaciar Perito Moreno. En el Pantanal brasileño decenas de miles de turistas visitan la zona anualmente con la esperanza de ver a este gran felino. Igualmente, en África y Asia los turistas invierten grandes sumas para poder ver animales similares como el león, leopardo o el tigre.

En Estados Unidos se reintrodujeron los lobos—otro gran carnívoro silvestre carismático—dentro del Parque Nacional de Yellowstone durante los años 90. Al principio se pensó que los visitantes apenas iban a ver los lobos, pero luego se comprobó que más de 100,000 personas lograban verlos cada año. Se estima que el incremento de visitación de turistas asociado a estos avistamientos implica unos ingresos añadidos para la región de entre 32 y 85 millones de US$ anuales. (2)

Al mismo tiempo, no se puede negar que los yaguaretés son animales capaces de comer ocasionalmente ganado y que esto puede implicar un perjuicio económico para los productores locales. En este caso, lo importante es crear mecanismos de compensación económica que sean rápidos y efectivos, tal y como se ha hecho exitosamente en otros países desarrollados donde los predadores comparten espacio con el ganado.

Tiene sentido legal y de política pública: El yaguareté está declarado como Monumento Natural Nacional por la Ley 25,463 y está oficialmente catalogado como especie en peligro de extinción para la Argentina. La convención de biodiversidad, firmada por la Argentina, urge a los estados signatarios a adoptar "medidas destinadas a la recuperación y rehabilitación de las especies amenazadas y a la reintroducción de éstas en sus hábitats naturales en condiciones apropiadas". Dentro de este marco, el establecimiento de una población sustentable de yaguaretés en Iberá significaría un enorme aporte para la conservación de la especie en todo el país y para asegurar la continuidad genética de las tres poblaciones que todavía quedan en Argentina.

Colaboradores

El Proyecto de Reintroducción del Yaguareté recibió fondos de:

  • Leonardo Di Caprio Foundation
  • Bromley Charitable Trust
  • Ferrero
  • Artis Zoo
  • Chester Zoo

Los siguientes zoológicos han contribuido animales al proyecto:

  • Zoo de Batán (Provincia de Buenos Aires)
  • Zoo de Buenos Aires (Capital Federal)
  • Zoo de Bubalcó (Provincia de Río Negro)

Referencias:
1. Terborgh, J., Estes, J.A., Paquet, P., Ralls, K., Boyd-Heger, D., Miller, B.J. y R. Noss. 1999. The role of top carnivores in regulating terrestrial ecosystems. En M.E. Soulè y J. Terborgh, eds. Continental Conservation: Scientific Foundations of Regional Reserve Networks. Island Press.
2. Smith, D.W., y E. Bangs. 2009. Reintroduction of wolves to Yellowstone National Park: History, values and ecosystem restoration. Pags. 92-125 en M.W, Hayward y M.J. Somers, eds. Reintroduction of Top-Order predators. Blackwell.