Amenazas al Iberá

Son muchas las acciones que ponen en peligro la biodiversidad del Iberá. A continuación detallamos el trabajo que CLT realiza en estas áreas problemáticas:

Caza furtiva

Durante muchos años la caza de especies para obtener su carne y especialmente su cuero, fue la mayor amenaza para la conservación de la biodiversidad del Iberá. Lobitos de río, carpinchos y yacarés (entre muchos otros) fueron intensamente perseguidos por los mariscadores en el estero, a tal punto que muchas especies se extinguieron definitivamente del Iberá. Con la creación de la Reserva Provincial, la caza furtiva comenzó a controlarse y muchos mariscadores fueron convertidos a guardaparques. De esta forma, algunas especies empezaron a recuperar sus números poblacionales y hoy vuelven a ser comunes y observables. Si bien actualmente no existe una actividad de caza como la que se verificó en el pasado, se registran eventos aislados de furtivismo, especialmente por parte de “cazadores deportivos” que pagan grandes sumas de dinero para obtener trofeos, en especial de ciervo de los pantanos.

CLT se encuentra trabajando activamente para devolver al Iberá las especies que se extinguieron y que no tienen posibilidades de autorrecuperación, como el venado de las pampas, el oso hormiguero, el pecarí de collar, el tapir, el guacamayo rojo, el muitú y el yaguareté.

Yacaré matado con un machete

Sobrecarga de ganado

Si bien es una de las actividades productivas que puede convivir con los valores naturales de esta región (ya que en general se realiza sobre pastizales naturales sin reemplazar a estos ambientes), a veces se verifican cargas animales mayores a las que el campo puede soportar y comienzan procesos de degradación de los ecosistemas, además de la competencia por espacio y alimento con herbívoros nativos como los venados de las pampas y las corzuelas. En algunos sectores, los pastizales naturales han comenzado a ser reemplazados por cultivos de pasturas, con lo cual la flora y fauna nativa desaparece casi por completo.

En CLT abogamos para que en el Iberá se instalen prácticas de manejo ganadero sustentable como existen en otras zonas del país y se introduzcan sistemas de certificación de este tipo de producción que permita acceder a mercados que exigen y valoran el cuidado del ambiente.

Fuegos recurrentes

Los fuegos son un proceso natural en el Iberá y están ligados a la dinámica de este ecosistema. Sin embargo, en el afán de obtener pastos tiernos todos los años, los campos suelen quemarse con demasiada frecuencia (con lo cual los ambientes naturales pierden la capacidad de recuperarse) o durante la época de reproducción de la fauna (provocando la pérdida de nidadas y crías).

En los campos de CLT realizamos quemas prescriptas teniendo en cuenta los tiempos naturales de recuperación de los pastizales quemados y la época de reproducción de las especies de flora y fauna que en ellos se desarrollan.

Quemas controladas en los campos de CLT

Cambios de paisaje por forestación

Estas plantaciones, que se desarrollan en tierras que antes se destinaban a la ganadería, ya ocupan decenas de miles de hectáreas de la Reserva Iberá y su avance parece no detenerse. En las zonas plantadas, la cobertura vegetal y la fauna son eliminadas completamente y los cuerpos de agua cercanos se secan por el abundante consumo de agua que demandan pinos y eucaliptus. El pino Elliotis es aprovechado también para la extracción de resina, utilizándose para esta actividad productos químicos muy tóxicos y gran cantidad de bolsas y alambres que en general quedan tirados en el suelo. Existen algunas reglamentaciones que se han dictado con el fin de minimizar estos impactos, como por ejemplo la prohibición de reemplazar ciertas masas de bosques nativos por plantaciones y la obligatoriedad de dejar una franja sin plantar en derredor de los cuerpos de agua. Sin embargo son insuficientes y rara vez se cumplen.

En CLT estamos trabajando para evitar que las plantaciones sigan avanzando sobre tierras de la reserva Iberá y para que las superficies ya plantadas deban observar mayores restricciones desde el punto de vista ambiental. También para mejorar los métodos de fiscalización de las reglamentaciones existentes por parte de la autoridad provincial encargada de hacer cumplir estas normas.

Plantación de pinos industrial en el Iberá

Pinos "guachos"

Un gran problema asociado a las plantaciones es que las especies bajo cultivo muchas veces escapan del control del hombre y se convierten en exóticas invasoras. Esto sucede muy frecuentemente con el pino Elliotis, que tiene una gran capacidad de asilvestrarse e invadir ambientes naturales. Esto ya se verifica en muchos sectores del Iberá, observándose pinos creciendo a muchos kilómetros de las plantaciones. Si no se controlan, estos pinos comenzarán a reproducirse y constituir nuevas plantaciones, las cuales terminan por hacer desaparecer los pastizales, su flora y su fauna.

En CLT creemos que deben reemplazarse las plantaciones de pinos Elliotis ya existentes por otras especies de pinos sin capacidad invasora o con menos capacidad invasora, además de introducir técnicas de manejo que eviten la invasión (por ejemplo, el desarrollo de cortinas de especies no invasoras en la periferia de las plantaciones de pino Elliotis). También creemos que los costos de control de los pinos que “escapan” de las plantaciones y se convierten en invasores deben correr por cuenta de las empresas forestales.

Control de plantas exóticas

Otras exóticas

Los pinos no son las únicas exóticas invasoras que constituyen una grave amenaza para el Iberá. Otras especies de plantas, como el paraíso y la ligustrina, han sido introducidos para dar sombra o como ornamentales alrededor de puestos y casas, pero se han dispersado hacia ambientes naturales. A diferencia del pino, estas especies no invaden los pastizales sino a las isletas de monte nativo donde en pocos años pueden reemplazar a los árboles autóctonos, empobreciendo las ricas selvas paranaenses y bosques del espinal y dejándolos sin su flora y fauna característicos.

En CLT nos encontramos desarrollando una fuerte tarea de erradicación de estas dos especies en todas las reservas privadas de nuestra propiedad.

Cerdos y axis

Entre los animales, las exóticas invasoras más problemáticas son los cerdos cimarrones y los ciervos axis. El cerdo cimarrón es el mamífero invasor más preocupante a nivel mundial: ya se encuentra presente en casi todo el Iberá y continúa avanzando rápidamente hacia zonas donde aún no habita. El cerdo cimarrón destruye el suelo y la vegetación con sus hozadas y se ha verificado que depreda sobre numerosos animales nativos, incluyendo crías de carpinchos, venados de las pampas y ciervos de los pantanos. No solo provoca graves impactos en el ambiente sino también en los sistemas productivos y en la salud humana. El ciervo axis se encuentra presente en todo el sector sureste del Iberá donde impacta sobre la vegetación y compite y desplaza a los herbívoros nativos.

Cerdo cimarrón

En CLT llevamos adelante un programa de control de estas dos especies para reducir su cantidad y el impacto que ocasionan. Para esto, contamos con personas entrenadas en su caza y estamos introduciendo nuevos métodos de control, algunos ya probados con éxito en otros lugares de Argentina, como la caza desde apostaderos en sitios cebados, y otros más novedosos, como la captura mediante corrales trampa. Especialmente en relación al cerdo cimarrón, queremos liderar un proceso de control a nivel regional, aunando esfuerzos del estado, otras ONGs ambientalistas y productores rurales.

Las especies exóticas del Iberá. Haga click sobre el mapa para ampliarlo.

Problemas con el agua

Como en todo gran humedal, en el Iberá las aguas dominan el paisaje y sostienen la biodiversidad. Muchas de las actividades humanas que actualmente se desarrollan en la zona afectan las aguas del Iberá con productos químicos (plaguicidas y fertilizantes) y a través de la modificación del drenaje con la construcción de terraplenes y canales.

Por ejemplo, la industria forestal no solo reemplaza los amenazados pastizales del Iberá y la fauna asociada, sino que para poder desarrollar plantaciones de pinos se realizan canalizaciones artificiales que contribuyen a desecar los pajonales. La alta tasa de consumo de agua de estas especies forestales termina de hacer el trabajo de desecación, convirtiendo al humedal en tierras "productivas".

Con el objeto de aumentar la rentabilidad de estas plantaciones sin necesidad de esperar el turno de corta, es muy común que en el Iberá se “resine” a los pinos Elliotti. La actividad consiste en la extracción de resina a partir de cicatrices generadas en la corteza que es colectada venta en bolsas que cuelgan del tronco del árbol que luego se venden. Para estimular la resinación de usan productos químicos altamente contaminantes -como el ácido sulfúrico- que afectan el suelo y las aguas del Iberá. La actividad de resinación produce, además, muchos residuos (bolsas, alambres) que quedan tirados en el campo. También implica una alta circulación de personas, muchas veces acompañadas por perros. A esto se le suma que la industria forestal utiliza abundantes cantidades de pesticidas para combatir hormigas, los cuales permanecen en el ambiente por largo tiempo y contaminan las aguas.

En la cuenca del Iberá aún persisten arroceras que utilizan grandes cantidades de agua para el riego del arroz. En el pasado, el bombeo de agua desde lagunas y esteros se realizaba de forma ilegal. Actualmente, los principales impactos de esta actividad agrícola sobre las aguas del Iberá están relacionados con el uso de fertilizantes y pesticidas, que muchas veces son esparcidos mediante el uso de avionetas. Estos productos químicos terminan drenando y contaminando a los cuerpos y cursos de agua del humedal.

El principal impacto de la actividad ganadera sobre las aguas del Iberá está relacionado con la construcción de extensos terraplenes desde la periferia al centro del humedal, que en general se ubican en forma perpendicular a la circulación de las aguas. Estos terraplenes brindan refugio al ganado al generar sectores elevados pero también, al interrumpir la circulación del agua, crean sectores más secos donde los animales pueden pastar aguas abajo del terraplén, reemplazando la vegetación más típica de sectores húmedos por otra propia de lugares más secos. Como contrapartida, el agua se acumula arriba del terraplén, provocando aumentos de nivel que inundan superficies secas ocupadas por montes y selvas (que por lo tanto desaparecen) y campos utilizados por otros pobladores, que ven así afectada su forma de vida.

Terraplén construido ilegalmente en el Iberá

CLT ha accionado judicialmente para terminar con el bombeo de agua y con la construcción ilegal de terraplenes en el Iberá. Asimismo, estamos trabajando en propuestas para que la industria forestal que se desarrolla en esta cuenca trabaje con buenas prácticas que limiten la extracción de resina, la utilización de pesticidas y la canalización de pajonales inundables con el objeto de desecarlos.